Un poema de Enrique Badosa para estos tiempos.





Hace casi 40 años, en el mercado del libro antiguo y de ocasión de Madrid, mi entonces novia y yo caimos sobre un libro malgastado y sobado. Era una antología de un poeta desconocido, Enrique Badosa. Lo abrimos por una pagina y leímos este poema que nos conmovió. Muchos otros poemas de ese libro profético nos han acompañado todos estos años. Es uno de los tres libros que llevo siempre en mis viajes, para no olvidar quién soy. Hoy este poema resuena  con toda su fuerza. Lo transcribo de memoria porque el libro está en mi otra casa.
La noche inevitable

Algún día, la noche inevitable
abrirá sus oscuros corredores,
pondrá cal viva en puertas y ventanas
y apagará la luz.

En todos los cristales las miradas 
se romperán de pronto, no los toques.
habrá que estar atento a lo que pasa
y qué temor por todo lo que habrá.

Nos envolverá un silencio de aguas muertas
en el que enterraremos nuestros cuerpos, 
sera cosa de siempre el estar sólo
y que temo por todo lo que habrá.

Preparemonos ahora para el día de tanto padecer

Busquemos tú y yo juntos la palabra
con que poder pasar aquella noche.

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